miércoles, 16 de septiembre de 2009

Romeo y Julieta

Nuestro "Artículo de la Semana", por Paulina Granados

"En la hermosa Verona, donde acaecieron estos amores,

dos familias rivales igualmente nobles habían derramado,

por sus odios mutuos inculpada sangre.

Sus inocentes hijos pagaron la pena de estos rencores,

que trajeron su muerte y el fin de su triste amor."

-William Shakespeare, Romeo y Julieta.

Para mi hija, Janin

El maridaje es un tema que ni siquiera llega a ser tema por la velocidad de los cambios, nunca es igual y para mí no hay reglas, porque no estático. Ni el amor ni el vino saben por un segundo a lo mismo.

Fiesta en casa de Capuleto. (Romeo ve a Julieta por primera vez)

Romeo (A un criado) ¿Quién es aquella dama que enriquece la mano de aquel galán?

Después de larga trama

Julieta- ¡Mi único amor, nacido de mi único odio! ¡Demasiado pronto le vi sin conocerle, y demasiado tarde le he conocido! ¡Prodigioso principio de amor que tenga que amar a un aborrecido adversario!

Destinados a no amarse, como el tinto al pescado, deciden empecinadamente encontrar un camino y dejan que el amor haga una fiesta más en el recorrido. Sin reglas, ni prejuicios, permitamos fluir los sabores de nuestro platillo, confiemos que nuestro paladar será el mejor termómetro para amar con ternura.

Mantengamos firmes los pies en el camino, sigamos degustando y reconozcamos a ese Romeo o esa Julieta en nuestro vino preferido. Seamos fieles por un tiempo a ese sabor y situémoslo en el mejor contexto.

No nos dejemos apabullar por los Capuleto o los Montesco, no escuchemos apellidos que crearon odios como mitos, escuchemos a las uvas, al caldo, al contenido y, ahí entonces, unamos vino y alimento.

Entre comedia y tragedia, como Romeo y Julieta, esperemos no necesitar de la muerte para encontrar nuestra mejor pareja en la mesa. Pero no le restemos el misticismo ni el romanticismo que apremian al vino y al amor de ésa y esta épocas.

Amemos y dejémonos amar, en pleno 2009 hagamos la prueba de maridar, de maridarnos, dándonos el espacio y la oportunidad de ser cursis a nuestras anchas.

El beso (original en alemán: Der Kuss) es una obra del pintor austríaco Gustav Klimt y probablemente su obra más conocida. Es un óleo sobre lienzo de 180 x 180 centímetros, realizado entre 1907-08.

Esta obra, que sigue los cánones del Simbolismo, es una tela con decoraciones y mosaicos y fondo dorado.

Está expuesta en la Österreichische Galerie Belvedere de Viena.

En la literatura más reciente (Julio Vives Chillida) se ha interpretado este lienzo, desde la óptica de la iconografía, como una representación simbólica del momento en que Apolo besa a la ninfa Dafne que se está convirtiendo en laurel, de acuerdo con el relato de la metamorfosis de Dafne que se encuentra en la obra de Ovidio. Su visión debe completarse con la del friso de Klimt en el comedor del palacio Stoclet de Bruselas, en el que la metamorfosis se consuma y se produce el nacimiento de un nuevo laurel. Se trata de una perspectiva, apoyada en la literatura, que da un sentido a esta obra de Klimt en un contexto iconográfico, no sólo metafórico, de la historia del arte.

Dicho cuadro ha tenido gran influencia en el video de la abertura del anime Elfen Lied. Existe, asimismo, una canción, "El beso de Klimt", inspirada en este cuadro, y obra de la polifacética artista madrileña Virjinia Glück.